Si, Fabrizzio
A veces nos encontramos en determinadas situaciones y nos viene una pregunta a la cabeza...¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Podemos planificar cierto camino a recorrer, conocer la mayor parte de la ruta, pero ... de repente, aparece una curva que salió de la nada, como un desvio que antes no figuraba en el plano y fue puesto allí, al improvisso, por aquel que juega a los dados con nosotros.
Y suceden estas cosas por ejemplo:
Podemos planificar cierto camino a recorrer, conocer la mayor parte de la ruta, pero ... de repente, aparece una curva que salió de la nada, como un desvio que antes no figuraba en el plano y fue puesto allí, al improvisso, por aquel que juega a los dados con nosotros.
Y suceden estas cosas por ejemplo:
Hoy S salió con su Sister a comprar autitos diminutos para colocar dentro de la piñata de Fabrizzio.
(Algún día S tenía que hablar de Fabrizzio. Todo el mundo algún día tiene que hablar de aquello que no quiere, algún día llega ese día en que se nombra lo que no se ha querido nombrar)
Si no fuera por la presión de Sister, S no pensaría en Fabrizzio.
Y Fabrizzio sería no sería un ente pensable.
comerciante-... no me quedan autitos, ¿pueden ser animalitos?
Sister- no, no, tiene que ser autitos... bueno, gracias igualmente.
(salen del negocio)
Sister- ay, este Fabrizzio tuyo que sólo quiere autitos en su piñata.
S- ay, basta, por favor.
Una aclaración sola y no se habla más del tema:
Fabrizzio - acá tengo un dilema, no sé que tiempo verbal usar - es (será) el hijo de S.
(sin comentarios)
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